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Ariadna y la búsqueda

Ariadna

HISTORIA

 

 

 

El Minotauro, una bestia mitad toro mitad hombre, vivía recluido en el corazón del Laberinto, lugar del que nadie podía salir. Cada 7 años recibía un tributo en forma de sacrificio de 7 muchachos y 7 doncellas. Hasta que el héroe ateniense Teseo, príncipe de la ciudad, decidió ir en uno de esos grupos, dispuesto a acabar con el monstruo. Ariadna era nieta, por parte de padre, del mismísimo Zeus, el rey de todos los dioses. Por parte de madre, era nieta del dios-sol Helios y sobrina de Circe, una de las magas más conocidas de la Antigüedad.
Ariadna, prendida de Teseo (¿enamorada?) decidió ayudarle. Le entregó un hilo, según algunas fuentes, de color rojo, que Teseo iba desenrollando mientras ella lo sostenía a la entrada del Laberinot. Así, después de que Teseo luchara y venciera a Minotauro, pudo seguir el rastro y salir del Laberinto. En otras versiones, se dice que Ariadna también le entregó una luz, para que pudiera ver el camino y alumbrar las sombras del interior.
Al ayudar a Teseo, había traicionado a su padre. Para evitar su castigo, ambos huyeron juntos. Después de hacer escala en una isla, Teseo se marchó abandonándola mientras dormía. Aquí hay muchas versiones diferentes: él tuvo que correr hacia el barco por un problema y el barco se hizo a la mar accidentalmente, la abandonó porque no la quería, algún dios le obligó a hacerlo... Sea como sea, Ariadna quedó sola hasta que el dios Dioniso la vio, se enamoró de ella y la hizo su esposa. La corona que lució en su boda fue transformada en constelación (Corona Borealis) y a ella los dioses la hicieron inmortal.

 

QUÉ NOS OFRECE

 

En esta historia encontramos una figura heroica (Teseo) que se adentra en los recovecos de un laberinto en busca del monstruo que vive en la sombra. Pero el héroe no puede solo, necesita la ayuda de un maestro que le dé luz a esa sombra y que le ayude a salir de ahí, después de vencerla, en lugar de quedarse perdido sin saber qué hacer. Y ese maestro que aporta guía y luz es Ariadna.

 

Es hermanastra del Minotauro, por lo que está acostumbrada a él, lo conoce y por eso sabe cómo vencerle. Teseo es esa parte de la propia Ariadna que se desdobla y se adentra en ese viaje en busca de las zonas ocultas, salvajes, irracionales. Y de ahí sólo le puede sacar la razón, el pensamiento estructurado y lógico alejado de los instintos. Pero todo existe dentro de una polaridad. Por eso, Ariadna, la Maestra Racional, acaba formando una feliz pareja con Dioniso, una potencia salvaje, dios de la vida y la naturaleza (de la vida EN la naturaleza, apartada de las normas sociales establecidas). Es también el dios que provoca el éxtasis y la locura, la fiesta y la diversión, la exaltación y el desorden. Infunde a sus seguidores una locura que les produce una fuerza enorme (algo similar a esas subidas de adrenalina que permite a una madre levantar el coche que ha aplastado a su familia). Era un dios protector y muy seguido por las mujeres. Se pueden contar muchas más cosas, pero voy a ceñirme a la parte de la historia más relacionada con Ariadna. 


Cuando hemos viajado al interior y hemos enfrentado nuestros monstruos, nuestra vida ya no puede ser tan normal como era antes. Nos conocemos, nos hemos reconciliado con todas nuestras partes, vencido nuestros miedos, y nos convertimos en personas dignas de un dios, de alguien especial.

 

Y una consecuencia de haber aceptado e integrado nuestra sombra es aprender a vivir felices después de haber roto los convencionalismos y aliarnos con la naturaleza y con la “locura” de seguir sus ritmos. No hace falta que lleguemos a la locura de verdad, y nos dediquemos al anarquismo rompedor (¿o sí?). Pero aprenderemos a disfrutar fuera de los esquemas que se nos imponen.

 

Ariadna puede acompañarnos en el proceso de trabajo con esa Oscuridad, cuando descendemos a nuestras sombras. Sólo necesitamos que ella nos ilumine. Podemos crear nuestro propio hilo de Ariadna para no perdernos en esos momentos más difíciles. ¿Cómo? Seguro que tenemos recuerdos bellos, historias que nos hacen sentir bien, paisajes a los que acudir a pasear, música, películas o libros que nos animan... Se trata de encontrar algo que te haga sentir bien y mantenerlo cerca de ti como un clavo al que agarrarse en los momentos duros, antes de caer en una mayor negrura o de dejarse arrastrar por emociones destructivas.

 

Haz tu viaje, y cuando sientas que llegas a un punto crítico, echa mano de ese recuerdo, de esa canción, pasea por ese lugar que tanto te relaja... Te ayudará a recuperar fuerzas, será como un respiro que te permitirá seguir ese viaje hacia tu Sombra.

 

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